domingo, 13 de julio de 2014

Las muletillas de Madrid y el fin del habla: “¿Sabes?”, “¿Sabes lo que te quiero decir?”

Dentro de los límites de la comunidad de Madrid, aunque extendiéndose peligrosamente por otros lugares de forma viral, cada vez es más común el uso de las muletillas: “Sabes” y su hermana “máj” culta “Sabes lo que te quiero decir”. Las variantes madrileñas se pronuncian [sabej] en los entornos más castizos, de una forma manifiestamente gutural. En el pasado este tipo de muletillas era usado por la gente de familias acomodadas, -comúnmente conocidos como pijos-. Pero ahora es usada por toda suerte de individuos, desde el barrio de Usera hasta Moncloa, debajo y encima de la M-30 sin discriminación alguna de raza, sexo, religión, etc.. y no pocos son los que se dejan arrastrar por la muletilla de “moda” que amenaza con quedarse: funcionarios, informáticos, barrenderos, obreros, tenderos, abogados, ¡políticos!. A mi según el día me pone nervioso que la gente use el “¿sabes?”, sobre todo cuando hablan conmigo, lo cual puede derivar en cabreo si le acompaña una ráfaga de mal aliento por parte de mi interlocutor (es más común de lo que parece). Ante tal situación me entran ganas de cortar la conversación y mandar a tomar viento al “sabesparlante” de turno.

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El lenguaje se está destruyendo, ¡erradiquemos el sabes!

Su uso

El uso de esta muletilla a mi entender es un apoyo lingüístico que el hablante usa con la intención de expresarse de una forma más clara, acompañándolo al final de la pregunta en ciernes. Un ejemplo podría ser: “Luis, primero tienes que sacar el ticket y luego pagar en siguiente peaje cuando lo entregas, ¿sabes?”, o “primero formatea el disco duro, y luego instalas el sistema operativo, ¿sabes lo que te quiero decir?. El “sabes” puede usarse hasta dos veces en una misma frase, y siendo repetido dos veces al final, si se hace un silencio entre los interlocutores por parte del que explica. Algunas personas, sobre todo mujeres suelen alargar la “a” de la primera sílaba a modo de [saaabes], como si estuvieran entonando un gorgorito.

Su amenaza

Aunque parezca algo inofensivo y sin importancia, la realidad es que esta muletilla denota una manifiesta incapacidad de expresarse y del uso del lenguaje por parte del ciudadano medio, ya sea universitario, tenga máster del universo ó sea un refutado abogado. El uso del “sabes” es una evidencia de que el propio hablante no se expresa bien, teniendo que acompañar la explicación con un “sabes” , para confirmar si se le ha entendido.

El sabes también connota la posibilidad de expresarse de una forma menos culta ó técnica, usando palabras de peor calidad, porque al decir “¿sabes?” al final de la misma te excusas de alguna manera, advirtiéndole a tu interlocutor que es muy fácil que no se haya coscado ni de la mitad…

El “¿sabes?” es al lenguaje oral lo que el “Whatsapp” al lenguaje escrito, una peligrosa y horripilante forma de reventar la tercera lengua más hablada del mundo, el español. Este fracaso es en primer lugar responsabilidad de la RAE, siguiéndole a continuación el Ministerio de Cultura, pasando después por el sistema educativo, hasta llegar a las universidades.

Su cura

No, su cura no pasa por usar : “¿me entiendes?”,  otra muletilla más aberrante, horripilante y barriobajera que la anterior. En el fondo, todos somos responsables de utilizar el “sabes” o de no hacerlo, todo depende de ser conscientes de la enfermedad y de ponerle un tratamiento. Para ello hay que tener voluntad y poner atención a lo que decimos, reprimiendo el “¿sabes"”? cuando tal nefanda coletilla se aventure a abandonar nuestras cuerdas vocales.

Variantes

Otras muletillas son: “¿Me entiendes?, en su variante madrileña [me entiendej] ó mutilando la “s” directamente, [me entiendee]. Yo tenía un casero que usaba mucho esta frase, y cuando la decía tenía como una babilla blanca en la comisura de los labios. Sí, era jodidamente nauseabundo. También está ganando adeptos el “vale” al final de la frase, está es más directa y agresiva. Las adolescentes, en especial las mujeres utilizan sobremanera el “tia”, el cual se puede mezclar con el sabes, lo que conlleva la aparición de estas dos muletillas unas dos veces mínimo en cada frase: “sabes tía”. En el mundo anglosajón abusan tanto o más de esta expresión en inglés “¿you known?”. En algunas series de T.V como Breakings Bads traducen el “¿you known?” por el “¿sabes”?

La socorrista tóxica

Un ejemplo con pronunciación a la madrileña es el [sabej] de la célebre socorrista tóxica que tanto revuelo social causó en su día, cuando espeta: “pero [vamoj] que la he liado parda [sabej],

1 comentario:

  1. Secundo todo lo que dices, soy de Málaga y, tras un par de meses que llevo viviendo en Madrid, el "sabes" y sus no menos cansinas variantes me atormentan sin remedio allá donde voy.

    El "sabes" no entiende de contextos, usándose indiscriminadamente por cualquier persona y en cualquier situación: que me monto en el bus, "sabes" hasta en la sopa. En clase, "sabes" por doquier. De fiesta, "¿sabes lo que te quiero decir?". Y así hasta acabar desquiciado inexorablemente.

    Nah, es broma. A todo se acostumbra uno, incluso al "¿me entiendes?". Eso sí, los "holis" y "mazos" aún me provocan ardor de estómago.

    En fin, que gracias por las risas que me han brindado tus palabras y saludos cordiales de un boquerón encantado de vivir en compañía de la buena gente madrileña.

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