Sin mostrarse intimidada por la multitud, la osezna estuvo recorriendo el espacio donde vivirá a partir de ahora. Allí se recrea un ámbito silvestre, aunque no polar, pues hay hierbas, piedras, una cascada y un pequeño estanque, en el que el animal por ahora no se atrevió a bañarse.
"Los osos polares producen fuertes emociones y a través de ellas podemos alcanzar la conciencia de la gente", dijo el director del zoológico de Núremberg, Dag Encke, para quien el interés mundial en la osezna es una inmejorable oportunidad de generar mayor sensibilidad respecto de la protección del clima. "No hay que ver en Flocke una mascota sino un símbolo de la protección de las especies", agregó ante los periodistas.
La osita polar fue bautizada en enero por sus cuidadores, tras barajarse más de 50.000 propuestas de nombre procedentes de todos los puntos del planeta.
Desde entonces Flocke se ha convertido en "la embajadora de Núremberg", y contribuye al crecimiento de la ciudad aumentando el número de turistas y potenciando la economía. No en vano, en enero la ciudad registró la propiedad del nombre "Oso polar Copo" ("Eisbar Flocke") para proceder de forma inmediata a su comercialización, pues la osa ha despertado verdadero furor.
Con el eslogan "born to be wild" (nacida para ser silvestre), miembros de la organización alemana Personas por los Derechos de los Animales protestaron disfrazados de osos polares contra la "despiadada comercialización" del animalito.
Fuente: heraldo.es
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