El insoportable Ernesto Saénz de Buruaga

Se llama Ernesto Saénz de Buruaga, así con todas las letras. Este periodista es una “figura” de los medios informativos, un tipo estirado, de intachable sonrisa profesional pero no menos oficio a la hora de presentar un programa de T.V o radio. Un todoterreno en toda regla, oiga usted.

Bien, ahora en serio, no soporto a este tío, si pusiéramos en una balanza al Sobera, y al Buruaga, no sabría por cual decantarme, pero desde luego sería una tortura tener que tragarme un programa presentado por uno de estos tipos que superaría por creces todas las torturas ocultas de Guantánamo. Ahora le han dado  boleto en la Cope tras la caída en picado de oyentes, aunque me sorprende que haya aguantado tantos años. Él Buruaga ha adelantado su inminente salida antes de lo previsto, una temporada antes, ¡si señor!, eso es orgullo profesional, no lo echan, se va él. El gafitas parlanchin alude que su salida es porque habla mucho de política y porque le sale de los huevos, pero no se lo cree ni él, hay otros presentadores que hablan de política y la audiencia no baja en picado.

Hay personas que nacen con ese no se que…

El Buruaga es uno de esos presentadores de oficio, políticamente correctos hasta la médula que hacen su papelillo sin mayor pena ni gloria, pero que de alguna manera tienen un padrino por detrás que conjura para que siempre se “enchufe” en algún medio de comunicación por encima de otros candidatos que le darán mil vueltas pero que no habrán tenido un “de” delante del apellido. El colega ahora por lo visto se va a tomar unas vacaciones hasta enero de 2015. No os preocupéis que el menda a su vuelta, seguro que se cuela en TVE o en A3.

Lo peculiar del Buruaga  con respecto a otros presentadores como Matías Prats es ese aire de aristócrata que desprende, un aspecto de tecnócrata de banca, culo fino, combinado con una sonrisa estudiada que denota estar encantado de haberse conocido, de creerse un profesional como la copa de un pino, con los huevos pelados de cualquier problema del sector profesional. Luego cuando le escuchas hablar, con esa corrección bobalicona, te das cuenta de que este señor es todo humo, un aburrido burócrata que le da a la sin hueso de una forma lineal y soporífera. Ya para rematar si ves su trayectoria profesional te das cuenta de que el Buruaga poco ha aportado a la historia del periodismo, excepto no morder las manos de sus dueños que le dan de comer.

Poco me queda que decir, –“Buruaga me oyes”, –“'¿Buruaga?”, –“'¡Buruaga!”, –“Por el bien de todos los españoles, ¡que las vacaciones sean indefinidas!”.