Tener una cara como estas es mejor que no tener cara. Es la conclusión a la que he llegado tras ver estas auténticas obras de arte
quirurjicas. Porque arreglar una cara humana de la nada con cirugía debe requerir de una
técnica excepcional:
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Mordido por un oso: El cazador chino
Li Guoxing recibió una ceja, la mejilla y el labio superior.
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Parecido a como era: James
Maki no salía a la calle porque la gente retrocedía al verle.
Primer trasplante: Lo recibió la francesa Isabell Dinoire. En seis meses tuvo sensibilidad.
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Ya habla, sonríe y
huele: El marido de
Connie Culp le disparó en 2004. Un trasplante (22 horas de operación) le permitió recuperar la nariz, las mejillas, la mandíbula y el labio superior que había perdido.
Fuente: QUO
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