viernes, 1 de febrero de 2008

Nos sumergimos en el movimiento Slow Down (Parte I)


"La vida", que frase más rotunda, donde no dice nada y a la vez te dice todo. Bueno, a pesar de que me gustaría tirar un buen rato escribiendo detalles de ella por falta de tiempo, que es justo la paradoja que tiene esta vida, siempre hacemos todo al revés, o parece que nuestra vida va al revés. La dualidad del ser humano, la del mundo, la de la vida existente en todo momento de nuestra existencia.

Que digo que no tengo tiempo, pero voy a defender el Movimiento Slow , que viene a decir que debemos tomarnos la vida con tranquilidad, donde hay que aparcar la prisa y disfrutar de cada minuto. Por lo tanto, modificar nuestra escala de valores, donde se trabaje para vivir y no al contrario. Aunque parezca difícil, es por falta de cultura , por estrechez de la mente ... Si hay algo que me pena es no viajar más, y ojala también se pudiera en el tiempo, pero para eso hay que ver películas, leer libros y aprender historia. No es broma, pero una visión de la vida más global nos haría mejorar nuestra calidad de vida, porque no vemos seguramente el problema que lleva el "stress", la tensión del día a día, dicen que eso te mantiene "vivo", pero yo creo que con estar concentrado en el momento necesario se consiguen las mismas metas.

Os dejo fragmentos de esta corriente, como todo, no hay que tomarsela al pie de la letra, sino hay que sacar detalles, o mejorar la vida. Si estuvieramos en la parte del Movimiento Slow, no lograríamos hacer nada tampoco, por eso la vida esta para conducirla y no para estrellarla.

Hasta hace unos años, el domingo se descansaba. Hoy, el mundo no para su actividad en ningún momento, se tiende a que todo funcione 24 horas al día y 365 días al año. La ciudad nunca duerme.

The Sloth Club

Por otro lado, es cada vez más frecuente pasar el día entero en los malls se recorre el lugar haciendo shopping, más tarde se reponen fuerzas comiendo en un local de fast food y se termina la jornada en el cine acompañados de unas pop corn. Es decir, se puede consumir durante todo el día, sin ver la luz del sol, inmersos en un universo artificial de luces, olores y sonidos diseñados para fomentar el consumo.

Como consecuencia de este estilo de vida proliferan enfermedades como la obesidad, el estrés o el
Síndrome de la Felicidad Aplazada que consiste en la profunda angustia que experimentan las personas que no cuentan con tiempo suficiente para cumplir con todas sus obligaciones diarias y que posponen cualquier experiencia gratificante a un hipotético momento futuro, que finalmente nunca se alcanza.

..... (Continuará)

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