La silla que anda sola, es ya un invento real. La "walking chair" es el eslogan que acompaña al colmo de la vagancia, que se tambalea sobre ocho tubos de acero y un asiento de plástico con corazón eléctrico. La firma del diseñador italiano Kari Emilio Pircher, la media naranja de Fidel Peugeot en el estudio de diseño vienés Walking-things (cosas que caminan). Se elaboran a gusto del cliente: con control remoto o un sensor manejable desde el asiento. Ya han dado sus primeros pasos una decena de sillas andarinas, principalmente en manos de coleccionistas. Se venden on line por 15000 €.
Link: walkinthings.com
Parece un poco incomoda, no?
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