Hoy viendo en la final del mundial el anuncio de la cerveza Amstel Rader, me ha venido a la mente este artículo, el cual llevaba macerándose durante algún tiempo, para que hoy definitivamente al fin “ponga el huevo”. Y es que en España, de toda la vida, los carrozas, es decir, la gente a partir de unos 40 años, no era muy dada al deporte. Sin embargo hoy en día, si observamos bien, en nuestro entorno de trabajo, juega a Pádel hasta el más pintado, con sus raquetas de ultimo modelo y su bolsa de deportes guardada bajo la mesa de la oficina, para acudir velozmente a la partida de las 18:30 nada más salir del curro en el gimnasio de la esquina. También monta en Mountain Bike el compañero calvo de pelo canoso del fondo, equipado con “maillot”, casco del Declathon, bicicleta de aluminio con frenos hidráulicos de 3000€, y gafas de sol MTV de Oakley. No se queda atrás Manolito, el jefecillo leñero de la esquina de gafas de culo de vaso que hace maratones, más carca que el solo. Pero cuidado que Luisito es un habido montañero, que se compra botas nuevas de trekking Chiruca cada 3 meses de encargo por internet.
Cabe añadir que es de lo más soporífero soportar como estos individuos te cuentan sus batallitas deportivas como si te interesase lo más mínimo, pero lo cierto es que lo viven. Mejor búscate una buena excusa para escaquearte cuando se pongan pesados con estas historias.
Como veréis todo esto está muy bien, no hay nada malo en que la gente haga deporte, ¿pero detrás de este fenómeno existe un amor por el deporte, la competición y una vida saludable? Lo dudo mucho, aquí lo que ocurre en España es que ha nacido el “deportista Marujo”, el mismo Manolo que antes se iba a tomar las cervezas al bar y jugar a las cartas, ahora se las toma al concluir la actividad deportiva, con los amigotes. Vamos que el fin de hacer deporte en España es ganar una copa, quiero decir una jarra de cerveza fría. Otra de las motivaciones ocultas sobre todo por maratonianos y “bicicleteros” es darse la gran paliza de 6 horas dándole al pedal, para posteriormente permitirse el lujo de darse el atracón padre de mariscada va, churrasco viene. Otra motivación, como no, es contar en la “ofi” sus experiencias a los compañeros, a ver si el va a ser el menos ocioso del corrillo del café.
Así es el deportista marujo español, así vemos a pobres cuarentones largos decadentes sacar pecho con sus grandes hazañas de fin de semana, narrando sus empalagosas gestas, triste pero cierto. Luego llegan las lesiones, colesterol alto, azúcar alto… ¡si es que ya no estás para estos trotes Baldomero!
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Queda prohibido hacer SPAM, promociones o insultar a otros lectores (26/01/09)